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Psicología de las masas

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Psicología de las masas

Gustave LE BON (1841-1931) esuno de los fundadores de la psicología social.

Introdujo un tema importante como es el de la psicología del comportamiento colectivo.

Las explicaciones, empero, de LE BON acerca de los mecanismos subyacentes a la psicología de las masas no han recibido posteriormente confirmación empírica.

Su idea básica y esencial, esto es, que el individuo sufre siempre una transformación radical al estar inmerso en cualquier situación multitudinaria ha sido contundentemente invalidada por las teorías posteriores.

Si esto es así, ¿cómo justificar una nueva edición en castellano de la psicología de las masas?

La respuesta más sencilla vendría a través de la justa denominación de LE BoN como un autor “clásico” en la historia de la psicología social.

Por otra parte, algunas de sus tesis parciales han sido puestas de manifiesto, de forma harto inquietante, durante los últimos años; y entre ellas, y como simple muestra, estas dos: el potencial autoritario latente en determinadas grandes colectividades (NYE) y los procesos involucrados en los fenómenos de desindividuación y anonimato (ZIMBARDO).

He aquí, en definitiva, una obra importante, reveladora, entre otras cosas, de cómo la ideología reaccionaria de un autor condiciona y altera profundamente el estudio de la realidad social.

Sin embargo, la lectura de estas páginas es muy aconsejable para todo aquel interesado en el estudio del comportamiento social y humano.

Por todo ello, sea bienvenida esta nueva edición de la Psicología de las Masas, libro que, como escribe KUNEBERG en el prólogo a la edición francesa, hay que leer con espíritu crítico, pero que finalmente es necesario leer.

Extracto del prólogo por Florencio JIMÉNEZ BURILLO

PREFACIO DEL AUTOR
PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA, por F. Jiménez Burillo
INTRODUCCIÓN.
La era de las masas.
Evolución de la época actual.
—Los grandes cambios de civilización son consecuencia de cambios en el pensamiento de los pue blos.—La creencia moderna en el poder de las masas.— Transfor ma la política tradicional de los Estados.—Cómo se produce el ad venimiento de las clases populares y cómo se ejerce su poder. Los Sindicatos.—Consecuencias forzosas del poder de las ma sas.—No pueden desempeñar sino un papel destructivo.—Por ellas se lleva a cabo la disolución de las civilizaciones que se han hecho demasiado viejas.
—Ignorancia general de la psicología de las masas.
—Importancia del estudio de las masas para los legisla dores y los hombres de Estado.
PRIMERA PARTE El alma de las masas
CAPÍTULO I. Características generales de las masas.
Ley psicológica de su unidad mental.
Qué es lo que constituye una masa, desde el punto de vista psicológico.
—Una aglomeración numerosa de individuos no basta para formar una masa.
—Características especiales de las masas psicológicas.
—Orientación fija de las ideas y sentimientos de los individuos que las componen y desaparición de su personalidad.
—La masa está siempre dominada por el inconsciente.
— Desaparición de la vida cerebral y predominio de la vida medular.
—Disminución de la inteligencia y transformación completa de los sentimientos.
—Los sentimientos transformados pueden ser mejores o peores que los de los individuos que componen la masa.
—La masa puede ser tan fácilmente heroica, como criminal.
CAPÍTULO II. Sentimientos y moralidad de las masas.
1. Impulsividad, movilidad e irritabilidad de las masas.
—La masa es juguete de todas las excitaciones exteriores y refleja las incesantes variaciones de las mismas.
—Los impulsos a los que obedece son lo bastante imperiosos como para que se borre el interés personal.
—En las masas no hay nada premeditado.
—Acción de la raza.
2. Sugestibilidad y credulidad de las masas.
—Su docilidad a las sugestiones.
—Las imágenes evocadas en su espíritu son tomadas por ellas como realidades.
—Por qué estas imágenes son similares en todos los individuos que componen una masa.
—Equiparación del sabio y del imbécil dentro de la masa.
Ejemplos diversos de las ilusiones a las que están sujetos todos los individuos de una masa.
—Imposibilidad de prestar crédito alguno al testimonio de las masas.
—La unanimidad de numerosos testigos es una de las peores pruebas que se pueden invocar para establecer un hecho.
—Escaso valor de los libros de historia.
—3. Exageración y simplismo de los sentimientos de las masas.
—Las masas no conocen ni la duda ni la incertidumbre y tienden siempre a los extremos.
—Sus sentimientos son siempre excesivos.
—4. Intolerancia, autoritarismo y conservadurismo de las masas.
—Razones de estos sentimientos.
—Servilismo de las masas ante una autoridad fuerte.
— Los instintos revolucionarios momentáneos de las masas no les impiden ser extremadamente con servadoras.
—Son instintivamente hostiles a los cambios y al progreso.
—5. Moralidad de las masas.
—La moralidad de las masas puede, según las sugestiones, ser mucho más baja o mucho más elevada que la de los individuos que las componen.
—Explicación y ejemplos.
—Las masas tienen raramente como guía el interés, el cual es la mayoría de las veces el móvil exclusivo del individuo aislado.
—Papel moralizador de las masas.
CAPÍTULO III. Ideas, razonamientos e imaginación de las masas.
1. Las ideas de las masas.
—Las ideas fundamentales y las ideas accesorias.
—Cómo pueden subsistir simultáneamente ideas contradictorias.
—Transformaciones que deben experimentar las ideas superiores para ser accesibles a las masas.—EI papel social de las ideas es independiente de la parte de verdad que puedan con tener.—2. Los razonamientos de las masas.—Las masas no son influenciables mediante razonamientos.—Los razonamientos de las masas son siempre de orden muy inferior.—Las ideas que aso cian no tienen sino apariencias de analogía o de sucesión.—3. La imaginación de las masas.—Poder de imaginación de las ma- sas.—Piensan por imágenes y estas imágenes se suceden sin nexo alguno.—A las masas les llama sobre todo la atención el lado ma ravilloso de las cosas.—Lo maravilloso y lo legendario son los auténticos pilares de las civilizaciones.—La imaginación popular ha sido siempre la base de los hombres de Estado.—Cómo se pre sentan los hechos capaces de despertar la imaginación de las ma sas. CAPÍTULO IV. Formas religiosas que revisten todas las convicciones de las masas. Qué es lo que constituye el sentimiento religioso.—Es indepen diente de la adoración de una divinidad.—Sus características. Poder de las convicciones que revisten forma religiosa.—Ejem- plos diversos.—Los dioses populares no han desaparecido jamás. Formas nuevas con las que renacen.—Formas religiosas del ateísmo.—Importancia de estas nociones desde el punto de vista histó rico.—La Reforma, la noche de San Bartolomé, el Terror y todos los acontecimientos análogos son consecuencia de los sentimien tos religiosos de las masas y no de la voluntad de individuos ais lados. SEGUNDA PARTE Opiniones y creencias de las masas CAPÍTULO 1. Factores lejanos de las creencias y opiniones de las masas. Factores preparatorios de las creencias de las masas.—La eclo sión de las creencias de las ma- sas es consecuencia de una elabora ción anterior.—Estudio de los diversos factores de estas creen cias.— 1. La raza.—Influencia predominante que ejerce.—Re presenta las sugestiones de los antepasados.—2. Las tradiciones.—Son la síntesis del alma de la raza.—Importancia so- cial de las tradiciones.—Por qué tras haber sido necesarias, se convier ten en nocivas.—Las masas son las más tenaces conservadoras de las ideas tradicionales.—3. El tiempo.—Prepara sucesivamen te el establecimiento de las creencias y luego su destrucción. Gracias a él, el orden puede surgir del caos.—4. Las instituciones políticas y sociales.—Idea errónea acerca de su pa- pel.—Su influencia es sumamente débil.—Son efectos, y no causas.—Los pueblos no saben ele - gir las mejores instituciones.—Las institucio nes son etiquetas que, bajo un mismo título, albergan las cosas más diversas entre sí.—Cómo pueden crearse las constituciones. Necesidad de ciertas instituciones, teóricamente malas, tales co mo la centralización, para determinados pueblos.—5. La instruc ción y la educación.—Error de las ideas actuales acerca de la influencia de la instruc - ción en las masas.—Indicaciones estadísti cas.—Papel demoledor de la educación latina.—Papel que podrían ejercer la instrucción.—Ejemplos proporcionados por diversos pueblos. CAPÍTULO II. Factores inmediatos de las opiniones de las masas. 1. Las imágenes, las palabras y las fórmulas.—Poder mágico de las palabras y las fórmulas.— EI poder de las palabras está vincu lado a las imágenes que evocan y es independiente de su sentido real.—Estas imágenes varían de época en época, de raza en ra za.—Deterioro de las palabras.—Ejemplos de considerables varia ciones del sentido de algunas palabras muy usuales.—Utilidad po lítica de bautizar con nombres nuevos cosas antiguas, cuando los vocablos con los que se las designaba proporcionan una impre sión penosa a las masas.— Variaciones del sentido de las palabras según la raza.—Diferentes sentidos de la palabra democracia en Europa y en América.—2. Las ilusiones.—Su importancia.—Se las encuentra en la base de todas las civilizaciones.—Necesidad social de las ilusiones.—Las masas las prefieren siempre a las verdades.—3. La experiencia.—Tan sólo la experiencia puede establecer en el alma de las masas verdades que resultan necesarias y destruir las ilusiones que se han convertido en peligro sas.—La experiencia no actúa sino a condición de ser repetida con frecuencia.—Lo que cuestan las experiencias necesarias para per suadir a las masas.—4. La razón.—Su nula influencia sobre las masas.—No se actúa sobre las masas sino operando sobre sus sentimientos inconscientes.—Papel de la lógica en la historia. Las causas secretas de los acontecimientos inverosímiles. CAPÍTULO III. Los conductores de masas y sus medios de persuasión. 1. Los conductores de masas.—Necesidad instintiva de todos los seres agrupados de obedecer a un Iíder.—Psicología de los Ií deres.—Tan sólo ellos pueden crear fe y proporcionar una organi- zación a las masas.—Forzoso despotismo de los Iíderes.—Clasifi cación de los Iíderes.—Papel de la voluntad.—2. Medios de ac ción de los líderes: la afirmación, la repetición, el contagio.—Papel respectivo de estos diversos factores.—Cómo puede pasar el contagio desde las capas inferiores hasta las capas superiores de una sociedad.—Una opinión popular se convierte muy pronto en una opinión general.—3. El prestigio.—Definición y clasifi cación del prestigio.—EI prestigio adquirido y el prestigio perso na!.—Diversos ejemplos.—Cómo muere el prestigio. CAPÍTULO IV. Límites de la variabilidad de las creen cias y las opiniones de las masas. 1. Las creencias fijas .—Invariabilidad de ciertas creencias ge nerales.—Son las que guían a una civilización.—Dificultad de des arraigarlas.—Por qué la intolerancia constituye una virtud para los pueblos.—Que una creencia general sea filosóficamente absur da no puede perjudicar a su propagación.—2. Las opiniones móvi les de las masas.—Extrema movilidad de las opiniones que no derivan de las creencias generales.—Variaciones aparentes de las ideas y las creencias en menos de un siglo.—Límites reales de es tas variaciones.—Elementos sobre los que ha operado la varia- ción.—La desaparición actual de las creencias generales y la ex trema difusión de la prensa hacen que, en la actualidad, fluctúen cada vez más las opiniones.—Cómo las opiniones de las masas tienden, en la mayoría de los temas, a la indiferencia.—Impoten cia de los gobiernos para dirigir a la opinión, como lo hacían an tes.—La actual fragmentación de las opiniones impide su tiranía. TERCERA PARTE Clasificación y descripción de las diversas categorías de masas CAPÍTULO l. Clasificación de las masas. Divisiones generales de las masas.—Su clasificación.—1. Masas heterogéneas.—Cómo se diferencian.—Influencia de la ra za.—El alma de la masa es tanto más débil cuanto más fuerte es el alma de la raza.—EI alma de la raza representa el estado de civili zación y el alma de la masa el estado de barbarie.—2. Masas homogéneas.—División de las masas homogéneas.—Las sec tas, las castas y las clases. CAPÍTULO II. Las masas calificadas de criminales. Las masas calificadas de criminales.—Una masa puede ser legalmente criminal, pero no lo es desde el punto de vista psicológi co.—Los actos de las masas son por completo inconscientes.— Di versos ejemplos.—Psicología de los septembristas.—Sus razona mientos, su sensibilidad, su ferocidad y su moralidad. CAPÍTULO III. Los jurados de las audiencias provinciales. Los jurados.—Características generales.—La estadística muestra que sus decisiones no dependen de su composición.—Cómo resul tan impresionados los jurados.—Escasa acción del razonamiento.—Métodos de persuasión de abogados de los crímenes frente a los cuales los jurados se muestran indulgentes bien severos.—Utilidad de la institución del jurado y riesgo extremo que supondría su sustitución por magistrados. CAPÍTULO IV. Las masas electorales. Características generales de las masas electorales.—Cómo se las persuade.—Cualidades que debe poseer el candidato.—Necesidad de prestigio.—Por qué los obreros y los campesinos eligen tan ra ramente candidatos surgidos de entre ellos.—Poder de las pa labras y de las fórmulas sobre el elector.—Aspecto general de las discusiones electorales.—Cómo se forman las opiniones del elec tor.—Poder de los comités.—Representan la forma más temible de tiranía.—Los comités de la Revolución Francesa.—A pesar de su escaso valor psicológico, el sufragio universal no puede ser sustituido.—Por qué serían idénticas las votaciones, aun cuando restringiese el derecho de sufragio a una clase limitada de ciu dadanos.—Lo que expresa el sufragio universal en todos los paí ses. CAPÍTULO V. Las asambleas parlamentarias. Las masas parlamentarias presentan la mayoría de las caracterís ticas comunes a las masas heterogéneas no anónimas.—Simplis mo de las opiniones.—Sugestibilidad y límites de la misma.— Opi niones fijas irreductibles y opiniones móviles.—Por qué predomi na la indecisión.—Papel de los líderes.—Razón de su prestigio. — Son los auténticos dueños de una asamblea, cuyos votos no son, pues, sino los de una reducida minoría.—Poder absoluto que ejer cen.—Elementos de su arte oratorio.—Las palabras y las imágenes.—Necesidad psicológica de que los líderes estén en general convencidos y sean de luces limitadas.—Imposibilidad que tiene el orador sin prestigio para hacer admitir sus razonamientos.Exageración de los sentimientos, buenos y malos, en las asam bleas.—Automatismo que alcanzan las asambleas en determina dos momentos.—Las sesiones de la Convención.—Casos en los que una asamblea pierde las características de las masas.—Influencia de los especialistas en las cuestiones técnicas.—Ventajas y ries gos del régimen parlamentario en todos los países.—Está adapta do a las necesidades modernas, pero da lugar al derroche finan ciero y a la progresiva restricción de todas las libertades. Conclusión.

Editorial: Morata
ISBN: 9788471127839
Publicado:7/2014
Páginas: 136
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica

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