La parentalidad no se reduce solamente a un conjunto de pautas de crianza que los padres tengan que poner en práctica con los hijos, es una experiencia mucho más compleja.
En este sentido, se antoja necesario conceder gran relevancia a las emociones que se despiertan y generan en los progenitores cuando son padres.
Algunas de estas últimas consiguen ser displacenteras, y son precisamente las que pueden explicar por qué en varias ocasiones, todo lo que se puede pautar o “prescribir” a unos padres, con la finalidad de poder educar adecuadamente a un hijo, puede resultar una tarea altamente difícil de poner en práctica por estos últimos. Y es que a los padres y madres, en ocasiones, nos resulta complicado entender y tratar con amor estas emociones, incluso nos desconcertamos con algunas de ellas.
No basta, entonces, con que nos digan lo que tenemos que hacer para educar bien a nuestros hijos; es necesario también implementar actuaciones que nos ayuden a identificar y gestionar adecuadamente algunas de nuestras emociones más incómodas y la relación que se establece con nuestras historia personal.
Se trata de indagar en nuestra mochila, la que cuelga de nuestra espalda durante la tarea de ser madre o padre. De nada servirá decirle a nuestro hijo "carió, te quiero" o "cálmate hijo, tranquilo", y si no somos conscientes de las emociones que cortejan a nuestras palabras.
A través de la exposición y el análisis de diferentes casos reales, este libro se constituye en un intento de dotar a madres, padres, “técnicos de la paternidad”, maestros y educadores, en general, de ciertas herramientas para mirar, con cariño, dentro de la mochila. Se trata de evitar inundar a los hijos con un “amor de garrafón”. Es este, un tipo de amor que aparece muchas veces obedeciendo ciertas emociones, sin quererlo, sin siquiera darnos cuenta.
Introducción
1. Luchando contra el “amor de garrafón”: para ser padre, primero hay que dejar de ser hijo
2. Cuando no somos empáticos y maltratamos nuestras emociones y las de nuestros hijos
3. Cuando el niño es percibido como el “retrato” de alguien significativo doloroso
4. Cuando el corazón ama y odia al mismo tiempo
5. Cuando el mundo emocional de un hijo es hipotecado por los conflictos conyugales
6. Cuando la emoción y el sentimiento de culpa de los padres embuchan la capacidad de poner límites
7. Cuando nos resulta difícil contener la “basura emocional” de los hijos
8. Cuando confundimos las emociones de un niño
9. Cuando la preocupación se convierte en emoción improductiva: “Mi hijo no me come, no me duerme
y tampoco me hace caca”
10. Cuando se intenta reescribir en el hijo la propia historia personal: padres emocionalmente carenciados
11. Cuando existe una oportunidad para, emocionalmente, crecer: “Tener una depresión es un lujo”
12. Cuando no nos hacemos responsables de nuestras emociones
13. Cuando se obliga a los hijos a amar a sus padres
14. Cuando existe una falta de reconocimiento de las emociones de los hijos: ¿somos realmente conscientes de que somos únicos?
15. Terminando
Referencias bibliográficas
Editorial: EOS
ISBN: 9788497276283
Publicado:11/2015
Páginas: 116
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica
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