Esta obra es la de un hijo de maestros, maestro él mismo, y quiere ser un firme alegato en favor de la persona como ser capaz de aprender y de enseñar, actividades que requieren la figura científica y moral del maestro, su adhesión a una escala de valores, y su compromiso existencial con la humanidad.
En palabras del autor: “Desde el primer día en que enseñé, quise siempre hacer crecer en humanidad a cuantos se cruzaban conmigo. Solo busco enseñar lo universal que puede brotar de lo contingente; no son primero las ideas y luego la vida social, sino al mismo tiempo, y por eso quien enseña para lo comunitario verdadero que hay en cada ser humano, funda comunidad. Por eso escribo, viajo, buscando a la humanidad”.
La escuela la hace el maestro. Afortunadamente los maestros hacen que sus alumnos sean más, de lo que hubieran sido sin ellos. La escuela para la comunidad, en tanto que escuela para la vida, solamente será posible si sus fundamentos tienen real solidez y van más allá de la inmanencia pragmática y rompen los muros de las aulas. Cuando se abre un aula con un buen maestro, la creación entera vuelve a latir.
1. El contagio emocional de los valores del maestro
2. El maestro modelo no es un jefe
3. El deber, palabra canibalizada en la escuela
4. ¿Qué pasa con las normas?
5. Educar en el orden
6. Enseñar a obedecer
7. Enseñar a dominar los deseos
8. Enseñar a descifrar lo visible y lo invisible
9. Enseñar a hacer contratos
10. Sancionar pedagógicamente
11. Las "reglas de la abuelita"
12. Contra el tal Murphy
Editorial: Narcea
ISBN: 9788427729193
Publicado:4/2022
Páginas: 188
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica
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